J.I. CABRERA
La suplantación de identidad en el correo electrónico, que lleva, por ejemplo, a que un extraño se haga pasar por tu jefe para pedirte información de la empresa, es un peligro creciente. Es la llamada “estafa del CEO”. Pero la suplantación no sólo se limita al coto del e-mail.
También se da en la contratación telefónica. Hoy en día es muy común contratar servicios, como un seguro para la casa, el contrato de la luz o la conexión a Internet, con una simple llamada. Pero si no está debidamente asegurada, esa llamada, aunque nos soliciten nuestros datos personales durante la conversación, no evita que alguien nos pueda suplantar y contratar servicios que no queremos. Un tercero podría hacerse pasar por nosotros de forma fraudulenta.
Sin embargo, existe una tecnología que, como el software de protección en el e-mail, permite detectar la suplantación cuando se trata de comunicaciones telefónicas. Es el reconocimiento de voz mediante técnicas de biometría. Una fórmula de autenticación basada en rasgos naturales del lenguaje que se suma a otras más extendidas, como la huella dactilar o el reconocimiento del iris.